Per il sogno della farfalla

Archive for agosto 2006

31 de Agosto. No sé quién lo definió así, pero la cosa es que hoy se conmemora el día internacional del blog. ¿Como participan los bloggers? Citando al menos 5 blogs aporte.
No me explayo mucho más porque mi querido Matteo ya lo hizo, citando además 4 integrantes de la blogósfera italiana y a esta humiRde servidora chilena.

Mmm… veamos, a quien podría citar?… Si es por mencionar blogs aporte, sin dudar aquellos como los de mi hermana Laura, los blogs de Susana (una de tantas y testigo clave) y el de Sebastián, a pesar que su actualización está en veremos, son blogs dignos de ser leidos. Los textos de la Su, las Fotos de la Lau, y el último análisis que escribió Sb son lecturas recomendadísimas. Además, si pudiese contarse como blog, la página de Tito Matamala, el periodista y escritor penquista es una dirección obligada al momento de buscar buenas reseñas contextualizadas en nuestra ciudad, sobre todo contando los avances de su último libro, donde un personaje tan sencillo como el señor Claudio Solo atravieza un montón de generaciones unificando los recuerdos de una urbe como esta.
Ahora… ¿Blog promesas? Parto con el de la Alianza negra de este aniversario de bioingeniería, bastante entretenido, con muchas visitas de los miembros activos (y pasivos… ejem ¬¬), exponiendo las ideas locas de este grupo de universitarios para ganar las competencias que se han hecho este año; el de José María, porque representa en parte el comienzo de un nuevo camino que mi queridísimo amigo eligió para ser feliz que es el de la música; el de Gastón, pues adoro la forma en la que analiza el catolicismo de una manera super responsable y didactica, motivándo a leer cosas que valen la pena; y el de mis azucenas, un proyecto que está algo en pañales, pero va agarrando forma: Cada día las niñas participan más y nuestro blog se ha hecho más interactivo.

En fín… Que tengan un lindo día del blog, aunque ya estemos en el ocaso de él.

Perdí dos meses intentando matar mis miedos. Y mis miedos fueron más fuertes, o fueron iguales, pero me fuí haciéndo más debil a medida que aumentaban las cosas que ya no quería perder. Y no lo hacía, hasta ahora, que los mandé a dar una vuelta, pero regresaron. Afortunadamente lo hicieron cuando ya habia presionado enter. Lo escrito, escrito está. Si lo hice y fué para bien, bien. Si lo que hice fué para mal, bien también… pero hay cosas que debían definirse, me guste o no. Si hay una cosa más mala que los nervios y el miedo es la espera, que alimenta a las dos anteriores.
Ahora espero, a mandar de nuevo a dar una vuelta al miedo y encarar lo escrito. Aunque sea en una pantalla.

Una linda sorpresa desde lejos…


Grazie per questo mondo pieno d’amore (y por la agenda, muchísimas gracias!! ^·^)
Sin duda, algo para mostrar en un futuro algo lejano, a los hijos y los nietos =P

Aburrida de los estratagemas…
ha sido un día largo, larguísimo a decir verdad, y ya comenzó otro, que debería ser especial, pero que hasta el momento no parece serlo.
Cada cumpleaños se ha caracterizado por alguna razón «x», desde que tengo uso de razón. El de hoy quedó claramente marcado por el día anterior, por las conclusiones que (para mala suerte) saqué precisamente ahora, por las ordenes recibidas, por algunos regalos especiales… en fín, por un sin número de cosas. Traté de hacer ciertas cosas bien, pero la sombra de los problemas que no hace mucho pasaron me obliga a opacar lo que comunmente hago para mi cumpleaños, los ánimos, las risas por nada, la alegría fulminante… Y, aunque sean 21 los que cumplo, sigo siendo la misma pequeñita para muchos temas, en otros a la fuerza he avanzado, no sin las temidas pero necesarias cicatrices del proceso. Sigo siendo ilusa, como siempre, y las ilusiones a veces se pagan con desiluciones, o con confusiones poco sanas… Ojalá aún pudiera decir que los presentimientos de tiempo atrás aún son válidos, cada día parecen descartarse más, y con ello algo más de mi sonrisa. [Continuará…]

“Lo escencial es el detalle más ínfimo de las cosas que el ser humano promedio es capaz de percibir, de manera inconciente.
La mezcla de cada uno de estos detalles es lo que hace que la percepción que cada persona tiene de las cosas sea única y especial.”

“L’ essenziale è il dettaglio pìu infimo delle cose ch’ il essere umano medio è capace di percepire, di maniera subconcente.
La mescolanza di ognuno di questi dettagli è quello che fa che la percezione ch’ ogni persona ha delle cose sìa unica ed speciale”.

Freak, cursie, ñoño, sin sentido?…
Puede ser. Se trata del texto con que estoy participando en la tercera edición de Scrivere l’essenziale, un concurso literario basado en un poema de Jorge Luis Borges (La Luna). El concurso se realiza durante todo agosto, y es organizado por 3 de los bloggers más carismáticos de Italia: Antonio Zoppeti, Massimo Bocchia y Matteo Pelliti.
Les presento acá entonces, el poema La Luna, de Borges para invitarlos a reflexionar también sobre que sería escribir sin perder la escencia…

La Luna

Cuenta la historia que en aquel pasado
Tiempo en que sucedieron tantas cosas
Reales, imaginarias y dudosas,
Un hombre concibió el desmesurado

Proyecto de cifrar el universo
En un libro y con ímpetu infinito
Erigió el alto y arduo manuscrito
Y limó y declamó el último verso.

Gracias iba a rendir a la fortuna
Cuando al alzar los ojos vio un bruñido
Disco en el aire y comprendió, aturdido,
Que se había olvidado de la luna.

La historia que he narrado aunque fingida,
Bien puede figurar el maleficio
De cuantos ejercemos el oficio
De cambiar en palabras nuestra vida.

Siempre se pierde lo esencial. Es una
Ley de toda palabra sobre el numen.
No la sabrá eludir este resumen
De mi largo comercio con la luna.

No sé dónde la vi por vez primera,
Si en el cielo anterior de la doctrina
Del griego o en la tarde que declina
Sobre el patio del pozo y de la higuera.

Según se sabe, esta mudable vida
Puede, entre tantas cosas, ser muy bella
Y hubo así alguna tarde en que con ella
Te miramos, oh luna compartida.

Más que las lunas de las noches puedo
Recordar las del verso: la hechizada
Dragon moon que da horror a la halada
Y la luna sangrienta de Quevedo.

De otra luna de sangre y de escarlata
Habló Juan en su libro de feroces
Prodigios y de júbilos atroces;
Otras más claras lunas hay de plata.

Pitágoras con sangre (narra una
Tradición) escribía en un espejo
Y los hombres leían el reflejo
En aquel otro espejo que es la luna.

De hierro hay una selva donde mora
El alto lobo cuya extraña suerte
Es derribar la luna y darle muerte
Cuando enrojezca el mar la última aurora.

(Esto el Norte profético lo sabe
Y tan bien que ese día los abiertos
Mares del mundo infestará la nave
Que se hace con las uñas de los muertos.)

Cuando, en Ginebra o Zürich, la fortuna
Quiso que yo también fuera poeta,
Me impuse. como todos, la secreta
Obligación de definir la luna.

Con una suerte de estudiosa pena
Agotaba modestas variaciones,
Bajo el vivo temor de que Lugones
Ya hubiera usado el ámbar o la arena,

De lejano marfil, de humo, de fría
Nieve fueron las lunas que alumbraron
Versos que ciertamente no lograron
El arduo honor de la tipografía.

Pensaba que el poeta es aquel hombre
Que, como el rojo Adán del Paraíso,
Impone a cada cosa su preciso
Y verdadero y no sabido nombre,

Ariosto me enseñó que en la dudosa
Luna moran los sueños, lo inasible,
El tiempo que se pierde, lo posible
O lo imposible, que es la misma cosa.

De la Diana triforme Apolodoro
Me dejo divisar la sombra mágica;
Hugo me dio una hoz que era de oro,
Y un irlandés, su negra luna trágica.

Y, mientras yo sondeaba aquella mina
De las lunas de la mitología,
Ahí estaba, a la vuelta de la esquina,
La luna celestial de cada día

Sé que entre todas las palabras, una
Hay para recordarla o figurarla.
El secreto, a mi ver, está en usarla
Con humildad. Es la palabra luna.

Ya no me atrevo a macular su pura
Aparición con una imagen vana;
La veo indescifrable y cotidiana
Y más allá de mi literatura.

Sé que la luna o la palabra luna
Es una letra que fue creada para
La compleja escritura de esa rara
Cosa que somos, numerosa y una.

Es uno de los símbolos que al hombre
Da el hado o el azar para que un día
De exaltación gloriosa o de agonía
Pueda escribir su verdadero nombre.


Hace algún tiempo decidí que ya no lloraría más ante las derotas, aunque fuera lo más normal que hiciera la Roxana que tdo el mundo conoce, en condiciones de derrota normales. Decidí que preferiría el llanto seco, las lágrimas de aire: Simplemente tragar la amarga saliva, ahogar el suspiro que antecede a lagrimones y seguir adelante.
Lamentablemente, las expresiones de mi cara están más que de costumbre adoptando facciones de tristeza, de desilución y de frustración. Me terminan acusando, a pesar que la nariz no se torne roja ni los ojos hinchados… aunque mis lagrimales estén declarados en licencia médica de reposo absoluto.
Por otra parte, existe otro componente que acompaña a esta forma de asumir la derrota: El silencio. Lo más increible es que no se ha presentado junto a su mejor amiga, la soledad. No, el silencio está invadiendo espacios donde no estaba tiempo atrás, cuando la vida enseñaba las lecciones en tonos más alegres, sabores dulces y aromas agradables… en ese tiempo el silencio estaba un tanto distante de nosotros. Ahora nos acompaña muy atento, muy paciente.
El silencio en alguien que está solo es normal y tolerable, sobre todo si se está vagando en busca de nada. Acompañado de otro se dá testigo de emociones y sentimientos muchas veces encontrados. Pero de a tres, resulta un silencio concertado, sólo se dá si los tres minuciosamente mediante gestos, suspiros y miradas perdidas comunican a los otros dos que en realidad no se quiere intercambiar palabras, a pesar de todo lo que se siente. Y los tres de acuerdo caminan en busca de la nada, acompañándose sin palabras, compartiendo el trago amargo. Y fué asi como terminó aquella jornada. Con un rotundo silencio.

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